Estaba desvelado. Su mente no podía parar. Entonces podía
ver con claridad todas los restos de las angustias contenidas en interminables
instantes cuya cantidad parecía infinita. Su memoria era un depósito de los
pequeños infiernos que había padecido día a día, momento a momento, desde aquella
temprana adolescencia.
Textos y poemas escritos por Federico González - Ideas, reflexiones, análisis, dilemas, paradojas, recuerdos y confesiones.
lunes, 11 de febrero de 2013
sábado, 9 de febrero de 2013
La angustia
Por qué será que la angustia está en la mente, pero se
siente en el cuerpo. Como si lo despedazaran.
Las muertes de Juan
Nunca pudo saberse bien.
Ni interesa saber por qué no pudo saberse.
Ciertamente, Juan era un suicida en potencia.
El 29 de enero había escrito:
De pronto la vida se me fue transformando en un infierno. En un terrible infierno.
Este infierno en el que me debato. Infierno entre la soledad y el vacío. Desierto de extrañezas.
La vida puede sorprendernos con heridas nuevas. Heridas nuevas desgarrándose sobre las antiguas. El alma duele y no podemos calmar ese insondable dolor.
El tema del suicidio sobrevuela mi cabeza y lentamente me va tomando la mente. Creo que es la mejor solución, o la única, para finalizar con tanto dolor.
Estoy quebrado. Deberé tirarme de un piso alto. Para despedazarme del todo. Como a mis sueños. Como a mis recuerdos voraces asesinos.
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