Cartas amarillas es una bella y triste canción de Nino Bravo.
Tal vez represente la quintaesencia de la balada melancólica. Porque toca las notas y los símbolos del amor perdido y ausente
Alguien que siente que su luz se ha apagado y que en una playa del olvido evoca y dibuja una imagen. Alguien que busca en viejas cartas amarillas palabras, caricias y flores que ya no están. Alguien que ensaya un gesto quizás desesperado para intentar asir lo imposible, “aferrándose a la nada”. Alguien que llama infructuosamente, pero que ya no puede ser escuchado. Alguien que, vanamente, intenta detener su juventud.
El contraste entre la playa del amor juvenil y la aridez del retorno quizás sean un arquetipo del amor perdido. Como las cartas amarillas testigos de la dicha que alguna vez nos llenó el alma.
“Y busqué entre tus cartas amarillas mil te quiero, mil caricias y una flor que entre dos hojas se durmió”
Tal vez represente la quintaesencia de la balada melancólica. Porque toca las notas y los símbolos del amor perdido y ausente
Alguien que siente que su luz se ha apagado y que en una playa del olvido evoca y dibuja una imagen. Alguien que busca en viejas cartas amarillas palabras, caricias y flores que ya no están. Alguien que ensaya un gesto quizás desesperado para intentar asir lo imposible, “aferrándose a la nada”. Alguien que llama infructuosamente, pero que ya no puede ser escuchado. Alguien que, vanamente, intenta detener su juventud.
El contraste entre la playa del amor juvenil y la aridez del retorno quizás sean un arquetipo del amor perdido. Como las cartas amarillas testigos de la dicha que alguna vez nos llenó el alma.
“Y busqué entre tus cartas amarillas mil te quiero, mil caricias y una flor que entre dos hojas se durmió”
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